viernes, 21 de junio de 2013

ELLA ESTUVO AQUI...


Ella estuvo aquí, ella trazó sus huellas en la alfombra esta noche,
Ella puso dos leños en el fuego y se recostó sobre sus ideas,
Me observó desde la perspectiva de una posible circunstancia,
Midió la profundidad de sus propios deseos y brindó suavemente,
Descifró sus propios enigmas y después me observó otra vez,
Ella descubrió la música y cerró los ojos para que yo abriera los míos.

Ella estuvo aquí, tengo sus besos en mi almohada,
Ella se deslizó hacia la noche y desapareció de madrugada,
Compartió cada silencio que se atrevió a gritar su desgarrada inocencia,
Recorrió las travesías del sexo hasta caerse en el horizonte,
Mezcló su fuego con el mío, su sed con la mía,
Ella giró su alma hasta el cielo, abrió las alas y se mostró al viento.

Ella estuvo aquí, ella hojeó las páginas del recuerdo,
Ella se apoderó de mis palabras y las encerró en un libro,
Se llevó las hojas, se llevó los puntos y las comas,
Corrió las cortinas de la humanidad y me mostró sus cabellos,
Me mostró también sus piernas estiradas en las arenas de una estrella,
Ella suspiró dos veces y la luna se transformó en un espejo de aguas esbeltas.

Ella estuvo aquí, abrió una puerta primero y otra puerta después,
Ella corrió por los balcones danzando hacia las nubes,
Trazó un círculo de fuego alrededor del cielo y señaló mi pecho,
Se pintó los hombros de atardecer y ya desnuda me ofreció su amor,
Después enjugó dos lágrimas al azar y sostuvo al ángel que cayó con las alas rotas.
Ella edificó un altar en la solitaria cumbre de un saxo alto y después sonrió.

Ella estuvo aquí, ella ató mi orgullo a los cuatro puntos cardinales,
Ella dijo amor y la noche se hizo novia, esposa, amiga y amante,
Dibujó todos los enigmas del sexo en su rostro de mujer inquieta,
Se tendió sobre las sábanas y navegó los pentagramas del silencio,
Atrapó los mapas de mi sexo y los hundió en un mar de gritos hechizados.
Ella cabalgó mis sueños durante un siglo y los embriagó una noche sin estrellas.

Ella estuvo aquí, cruzó a través de mi alma con un diamante herido,
Ella escondió las estrofas de un himno entre los ojos del sol,
Encendió las tinieblas con un dedo y las apagó con un beso,
Atrapó los vientos con un adjetivo y les preguntó su destino,
Escribió su nombre en las entrañas de la tierra y las llamó hembras.
Ella desató mis lujurias y las ató para siempre al lecho de su danza.


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