lunes, 17 de junio de 2013

CUANDO EL ESTADO ES UN GOBIERNO CRIMINAL Y TERRORISTA


Hace muchos años no había internet. No había celular. Ni siquiera había teléfono, la tele era en blanco y negro. Sin embargo, ocurrían cosas bien modernas. La gente se moría o la mataban, como ocurre desde siempre. Pero diferente.

Como no había tanta tecnología, uno que hacía? Aclaro, uno era pibe y ser pibe es ser análogo de una esponja. Uno quiere enterarse, para saber, a veces para entender, a veces para ostentar, y está bien. Pero para no hacer el ridículo, uno debe saber. Para que cuando uno sea grande, no tener que andar apelando a la doctrina del papelón.

Todo este preludio es para contarles que por entonces, a falta de cosas entretenidas, yo leía todo lo que pasaba delante de mis ojos. Revistas, nuevas, viejas, para hombres, para mujeres, diarios, notas, recetas de cocina, recetas del doctor, lista de cosas para comprar... no existían los volantes, ergo, en la calle solo de vez en cuando encontrabas alguna hoja de revista suelta, o de un diario viejo.

Y leía che. De todo. Y justo vengo a combinar estas ganas locas de leer que yo tenía con un hecho particularmente extraño. Con algo que leí.

Hoy si uno aplica el per saltum, se da cuenta que está ocurriendo algo similar. Solo que ahora ya no leo lo que encuentro porque hoy se volvió entre peligroso y aburrido. Además hay internet, celular, tele, cable, video, masajista a domicilio, terapia de grupo y terapia intensiva clase A, B o C depende del plan que hayas elegido.
Para desembocar en este tema tuve que recurrir a los archivos, míos y de internet. Lo que van a leer es mi más alborotada conclusión que se resiste a ser domesticada por los medios adiestrados para ello.

Corría el año 1981, concretamente el 29 de mayo de ese año sucedería algo que descolocaría el razonamiento de todo un país.
El hilo de sangre que goteaba del baúl de un auto estacionado en la avenida Coronel Díaz al 2500, en Palermo, llamó la atención de un portero. Cuando llegó la policía se encontró con una escena dantesca: A las 19 horas de ese 30 de mayo de 1981, personal de la brigada de explosivos abrieron en baúl y se encontraron con el macabro escenario: dos cadáveres maniatados y golpeados, con varias heridas. Eran los cadáveres de de Mauricio Schoklender y de su esposa Cristina Silva, que estaban con pijama y envueltos en sábanas. Los forenses luego determinaron que el asesinato se había producido al menos doce horas antes.
Uniformados identificaron a alas víctimas y se dirigieron al piso de Belgrano donde el matrimonio vivía con sus hijos Sergio -de 23 años-, Pablo -de 20- y Valeria -de 18-. No había nadie.
Estos hechos fueron reales. Auto, cadáveres, sangre, policía, operativos. La noticia invadió los medios de comunicación: todos querían encontrar a los hermanos varones, que se había dado a la fuga. Cinco días después, Pablo fue encontrado en Santiago del Estero escapando a caballo y el mayor de los hermanos, Sergio, fue atrapado por personal uniformado en la terminal de Mar del Plata cuando intentaba tomar un colectivo que lo llevaría a la Patagonia.Raro no? Si quería salir del país..., para que se iba a ir a la Patagonia? A menos claro que estuviera haciendo tiempo. Tiempo para qué? Me atrevo a asegurar, para que escapara su hermano y su hermana finalmente tuviera tiempo de llegar a Israel.

Todos, la sociedad, de pronto nos encontramos encolumnados y caminando como si se tratara de una procesión absurda, marchando detrás de las noticias. Las noticias no eran noticias. La noticia era un relato: un relato que buscaba confundir y disfrazar los hechos de circunstancias, y las circunstancias, de hechos definitivos.

Lo que nosotros, la sociedad, no sabíamos era quienes eran los Shoklender. A que se dedicaba ese individuo que ahora yacía con la cabeza rota y bañado en sangre? Quienes eran sus amigos? sus relaciones? Bueno, no te olvides, todo esto ocurrió durante la dictadura..., en un contexto donde hacer preguntas a veces encerraba el derecho a la vida. Una respuesta inconveniente podía constituírse rápidamente en un expeditivo pasaje a la muerte. Entonces, aparecía un mefisto de la época llamado gómez fuentes y te daba detalles que otros no. Entonces, incrédulos, ingenuos y otros allegados, acomodábamos las noticias de acuerdo a las palabras del canal oficial. El resto de los canales por aquel entonces, solo leía titulares y en todo caso, algún cronista peculiar armaba cierto circo. Solo eso. La verdad y nada más que la verdad, era un secreto mortal.

En la edición de la saga Yo Fui Testigo, vive aún el único relato de aquellos momentos. No hubo parricidio. Hubo antes un asesinato en el balcón de los Schoklender, después ocurrió el incendio, un incendio que dejó al departamento sin luz y a oscuras. Esa noche Sergio pasa a buscar algo, Pablo ya vivía en el Normandie, la hermana en la casa de su novio. A oscuras, se choca con alguien que salió corriendo y lo empuja al piso, Sergio se incorpora pero no descubre a los padres muertos, al otro día descubre la situación. Según investigaciones posteriores, determinaron que se trataba de un mercenario brasileño. Que el fue el verdadero autor del doble crimen. Muchos años después, cuando es localizado, súbitamente muere en la calle, víctima de la "inseguridad". Fin del camino. Los Schoklender deciden no hablar más del tema. Lo único que los ocupa es proteger a su hermana. La moneda de cambio. Sergio estaba habilitado para portar armas, sabía usarlas y su padre lo instaba a ello, dadas las actividades que desarrollaban juntos. La versión más recurrente es que Schoklender padre y Massera participaron del negocio de armas, pero uno de los dos no quería al otro. Había por entonces una versión que revelaba el fastidio de Massera porque parece que Schoklender se había quedado con el vuelto de la venta de unas fragatas. Ante el apriete de Massera, Schoklender no tuvo mejor idea que doblar la apuesta burlandose de quien ni siquiera el espejo se burlaba entonces. Entonces, no es difícil imaginar el desenlace.

Todo esto muy apretadamente en una síntesis casi indescifrable es para comparar las circunstancias de un crimen organizado por el estado de aquel entonces, con un crimen que el estado de hoy anda manipulando creyendo que su relato tiene la forma de un dogma secuenciado.

El crimen de Angeles a todas luces está viciado de mentiras, versiones que no son versiones, información falsa, usinas de rumores. Trascendidos que primero lo son, después son versiones oficiales, después apenas otra vez un rumor.
Lo concreto es que de pronto hay una persona detenida acusada de matar a Angeles. De pronto la familia de Angeles, se va a San Pedro, a una casa que fue alquilada por la gente de berni. Siiiii... Ahora berni también es agente inmobiliario... para un crimen común... un delito común... interviene un funcionario para alquilarle vivienda a la familia que 24 hs antes estaba convirtiéndose en lo más parecido a un grupo de caníbales. Esa familia claro, luego de participar de un circo armado por el gobierno, se retiró de la Fiscalía en medio de insultos y acusaciones. La pregunta comienza a gestarse y la forma de la criatura va delineando progresivamente el engendro.

Angeles fue asesinada porque vió algo. Porque justo estuvo donde no debía estar, minutos antes, minutos después. Punto. El gobierno interviene progresivamente pero en la medida que pretende corregir desprolijidades, se van soltando aspectos que lejos de aclarar, oscurecen las dudas y las sospechas.

Si te fijás bien... si les prestás atención, ya hay dos intenciones: el relato oficial, que es tomado por TODOS los canales oficiales, oficialistas y hasta los encubiertos disfrazados de opositores..., todos ellos van recorriendo las huellas del relato oficial. Versión Uno.
Y están los pocos que investigan, y que lejos de comprar el humo que pretende imponer el terrorismo, van al fondo. Y en el fondo hay de todo. Demasiado para lo que se suponía.
Versión Dos.

Que si volvió, que si no volvió, que si dió diez pasos, ocho, veinte... es parte del show. Pero en el fondo hay mucho humo aún. Quién es realmente el padrastro?. Quien es la madre? Quien es el padre?. Quienes viven además de ellos en el edificio? Porque se armó todo un circo con la llegada de Caamaño? Porque si pretendían preservar su presencia, con cortar un par de calles y llegar en sigilo alcanzaba... a quien debían mostrarle ese circo? Este no deja de ser un delito más dentro del puñado de muertes que suceden a diario en el país... qué tiene de particular este caso? A menos que los terroristas del gobierno estén involucrados, nada. O todo.


Tomando los atajos que nos ofrece el tiemo, internet y los recuerdos, este caso amenaza con convertirse en un caso Schoklender II.

A Angeles la mataron porque vió lo que no debía, porque lo que ocurrió está relacionado con el gobierno.

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